El Festival Internacional de Viña del Mar es el festival activo más antiguo de Chile, el primer festival para realizadores profesionales que se organizó en el país (1966) y el primer festival internacional de cine de Chile (1967). Es uno de los certámenes más importantes en la historia del cine chileno y un evento fundamental para el cine latinoamericano, debido al rol que jugó en la creación y difusión del Nuevo Cine Latinoamericano en los años sesenta. Actualmente sigue siendo un evento con foco en la producción cinematográfica y audiovisual de Latinoamérica, especialmente cine de autor e independiente. El festival tiene varias secciones de competencia internacional: competencia latinoamericanas de largometraje de ficción, competencia latinoamericana de largometraje documental, competencia latinoamericana de cortometraje y competencia internacional de cortometrajes de escuelas de cine y audiovisual. Además tiene una competencia de obras regionales para obras chilenas producidas en regiones distintas a la Metropolitana. Junto a las muestras competitivas, ha tenido diversas muestras, ciclos especiales y retrospectivas con foco en cine de autor latinoamericano.
El festival tiene su origen en el cineclub de Viña del Mar, fundado en 1962 por el médico y cineasta Aldo Francia. Al año siguiente (1963), Francia organiza el primer Festival de Cine Aficionado de Viña del Mar, el que se considera como el primer festival de cine del país. En 1966, el evento pasa a llamarse Primer Festival de Cine Chileno, incluyendo por primera vez películas desarrolladas por el Centro de Cine Experimental de la Universidad de Chile y el Instituto Fílmico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quienes se habían mantenido aparte por el carácter “amateur” del certamen. Además, ese año se realizó el primer encuentro de cineastas chilenos, que sirvió para debatir sobre la nueva “Ley del Cine” que se discutía en la época. Al año siguiente, en 1967, el Festival se transformó en el Festival de Cine Nuevo Latinoamericano y se realizó el primer encuentro de cineastas latinoamericanos. La segunda versión se desarrolló en 1969, donde se mostraron tres películas que formaron parte fundamental del “canon” del Nuevo Cine Chileno: El Chacal de Nahueltoro (Miguel Littin 1969), Valparaíso mi amor (Aldo Francia 1969) y Tres tristes tigres (Raúl Ruiz 1969). La tercera versión debía realizarse en 1971, pero fue postergada hasta 1973. El Golpe de Estado y posterior dictadura cívico-militar (1973-1990) impidió el desarrollo del festival por 17 años. Durante los años de ausencia, fue el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana quien heredó ser el centro del Nuevo Cine de la región.
En 1990 se realizó lo que se ha denominado el “Festival del Reencuentro” de Viña del Mar, puesto que dio lugar al primer encuentro en democracia entre los y las cineastas que habían trabajado en el exilio y dentro del país durante la dictadura. Esta tercera edición del festival retomó su tradición tras los años de represión, censura y persecución que había significado dicho periodo. Desde entonces, el evento pasó a llamarse Festival Internacional de Viña del Mar y empezó a ser organizado por el municipio de la ciudad. Si bien el FICVIÑA perdió parte del protagonismo que tuvo en los sesenta con la aparición de decenas de festivales de cine a lo largo del país, sigue siendo un festival con prestigio, cuya trayectoria ha llamado la atención de diversos investigadores. Existen tres libros que abordan su historia e importancia: Nuevo Cine Latinoamericano en Viña del Mar (Francia, 1990), Las Fuentes del Nuevo Cine Latinoamericano (Orell García, 2006), y Con los ojos abiertos: el nuevo cine chileno y el movimiento del nuevo cine latinoamericano (Trabucco, 2014).
Actualmente, FICVIÑA es organizado por la Ilustre Municipalidad de Viña del Mar, a través de su Departamento de Cinematografía, y es co-organizado por la Universidad de Valparaíso a través de su Escuela de Cine. Además, cuenta con el financiamiento del Fondo Audiovisual y aportes de la empresa privada. Se realiza con la colaboración y el patrocinio de la Corporación Cultural Chileno Alemana de Valparaíso, Goethe Institut y su cinemateca.
En los últimos años, el festival ha buscado retomar la importancia que tuvo en los sesenta, realizando una renovación en distintos ámbitos: cambios en su equipo de programación, creación de redes con otros festivales, desarrollo de actividades de industria enfocadas en películas latinoamericanas y creación de diversas actividades de formación de audiencias.
Desde 2014, el festival ha acogido al DocuLab Andino, laboratorio para obras en post-producción que deriva del DocuLab del Festival de Cine de Guadalajara (México). En este espacio formativo se presentan y evalúan documentales en primer corte de realizadores de distintos países latinoamericanos. Además, el área de Industria FICVIÑA cuenta con FICViña Construye, una competencia para proyectos nacionales (Work in Progress Chile) y latinoamericanos (Work in Progress Latinoamericano) que se encuentran en etapa de producción y postproducción, y que requieran de apoyo y/o fondos para finalizarlas y estrenarlas comercialmente.
Desde el año 2017, FICVIÑA tiene también un programa de formación de público que busca “acortar la brecha de conocimiento de cine latinoamericano en los hábitos de los espectadores de cine” (www.ficvina.cl) mediante conversatorios y cine-foros a lo largo del año, que en 2020 se realizan en modalidad online, debido a la emergencia sanitaria Covid-19.
FICViña forma parte de la Red de Festivales y Muestras de Cine de Chile y los Pueblos Originarios (REDFECI).
(Actualización diciembre 2022)