El Festival Internacional de Cortometrajes de Santiago es el festival especializado más antiguo del país. Fue creado en 1993, por Vera Silva y Jaime Muñoz, con el nombre de “Primer Encuentro de Cortometrajes” de Santiago, patrocinado por la Universidad Católica de Chile. La primera edición incluyó 15 películas de seis países, pero creció rápidamente en los años siguientes. En el contexto post-dictatorial chileno, el festival pretendía ayudar a establecer una continuidad de la producción cinematográfica local, no sólo rescatando y exhibiendo el patrimonio cinematográfico chileno y latinoamericano, sino también construyendo un espacio para un debate sobre las condiciones de producción y exhibición en la región.
A lo largo de su historia, por lo tanto, se ha enfocado tanto en la difusión de cortometrajes, como en la formación de profesionales emergentes, mediante la realización de debates y conversaciones con expertos nacionales e internacionales, así como también en los últimos años mediante talleres de producción, como el Laboratorio de Creación Cinematográfica Lab//KinoRoom.
Actualmente, el festival tiene un carácter internacional y es uno de los más reconocidos en su tipo en Latinoamérica. Se desarrolla principalmente en la Cineteca Nacional de Chile y en el Centro Cultural Palacio la Moneda. Promueve la presencia de cortometrajes en televisión, cine-clubs y escuelas de cine, incluyendo ficción, documental, animación y cine experimental.
Su última versión se realizó en 2018 y no hay información sobre una nueva convocatoria.
(Actualización diciembre 2022)